Ubicado en Barrios Altos, muy cerca de la zona llamada La Huerta Perdida, un lugar en el que la vida vale poco o nada, el Museo Cementerio Presbítero Maestro fue inaugurado el 31 de mayo de 1808, cuando el Perú todavía estaba bajo dominio español y era gobernado por el virrey Fernando de Abascal. Sus 766 mausoleos de la más refinada arquitectura de los siglos XIX y XX guardan los restos de hombres y mujeres que -ya sea por sus gestas heroicas o por sus labores políticas e intelectuales- se encargaron de escribir la historia de nuestro país. Más que un camposanto, el Presbítero Maestro es considerado un testimonio viviente de nuestro pasado y presente.
A lo largo de los diversos cuarteles del Presbítero Maestro (bautizado así en honor a su diseñador, el sacerdote, pintor y arquitecto español Matías Maestro) y reposando para siempre en medio de sorprendentes y bellas esculturas neoclásicas hechas de mármol, hierro o bronce, están enterrados intelectuales como José Santos Chocano, Abraham Valdelomar, Ciro Alegría, Ricardo Palma o José Carlos Mariátegui; héroes nacionales como Alfonso Ugarte, Miguel Grau, Andrés Avelino Cáceres o Francisco Bolognesi; científicos como Daniel Alcides Carrión y ex mandatarios como Manuel Pardo, Guillermo Billingurst, Remigio Morales Bermúdez y Ramón Castilla, los tres últimos, los únicos presidentes peruanos nacidos en lo que hoy es territorio chileno.
Si bien el cementerio fue durante muchos años víctima del olvido y la indiferencia, hoy, aunque lentamente, todo parece cambiar. El objetivo es ponerlo nuevamente en valor e incluirlo dentro de un circuito turístico.
Capilla Central del Presbítero Matias Maestro |
A lo largo de los diversos cuarteles del Presbítero Maestro (bautizado así en honor a su diseñador, el sacerdote, pintor y arquitecto español Matías Maestro) y reposando para siempre en medio de sorprendentes y bellas esculturas neoclásicas hechas de mármol, hierro o bronce, están enterrados intelectuales como José Santos Chocano, Abraham Valdelomar, Ciro Alegría, Ricardo Palma o José Carlos Mariátegui; héroes nacionales como Alfonso Ugarte, Miguel Grau, Andrés Avelino Cáceres o Francisco Bolognesi; científicos como Daniel Alcides Carrión y ex mandatarios como Manuel Pardo, Guillermo Billingurst, Remigio Morales Bermúdez y Ramón Castilla, los tres últimos, los únicos presidentes peruanos nacidos en lo que hoy es territorio chileno.
Cripta de los Heroes de la Guerra del Pacifico |
Para celebrar este nuevo aniversario, se han limpiado las vías que unen sus cuarteles, se han pintado los pabellones, se ha comenzado un todavía lento trabajo de mantenimiento de esculturas y se ha recuperado y remozado una antigua carroza que servía para los cortejos fúnebres que se espera poner en funcionamiento con el aporte de la empresa privada.
El primer entierro
La inauguración de este camposanto está marcada por una anécdota. Algo macabra tal vez, pero anécdota al fin y al cabo. "El primer entierro que iba a llevarse a cabo en el Presbítero Maestro debía ser el del arzobispo español Juan Domingo Gonzales de la Reguera. Un día antes, mientras realizaba los trabajos finales para la inauguración, un pintor llamado Francisco Acosta tuvo un accidente y murió en el cementerio. Él debió ser enterrado ahí, pero las autoridades decidieron esconder el cuerpo hasta que se enterrara el del Arzobispo. Una vez realizado el primer sepelio, ya se pudo dar cristiana sepultura a Acosta" cuenta el historiador José Bocanegra, responsable de las visitas nocturnas que la Beneficencia realiza al cementerio el último jueves de cada mes.
De devociones y creencias populares
Si hay lugares capaces de crear y alimentar leyendas y mitos urbanos, esos son los cementerios. La mezcla de miedo, fe y superstición genera historias que con el paso del tiempo llegan a enquistarse dentro del imaginario colectivo.
Ese es, por ejemplo, el origen de la devoción a María de la Cruz, una mujer que vivió en el barrio de San Juan de Dios y a quien la creencia popular convirtió en una santa. María de la Cruz fue sepultada en el Presbítero Maestro en el año 1810, su tumba es la más antigua de todas las que se conservan y alrededor de ella es habitual encontrar flores, velas, ofrendas o peticiones de fieles devotos que van a confesar sus pecados, expiar sus culpas o buscar la ayuda milagrosa.
Pero así como muchos acuden hasta allá buscando la ayuda divina, otros recorren sus cuarteles para sellar una alianza con el 'poder maligno'. El Presbítero Maestro es el lugar favorito de brujos y chamanes para invocar a supuestas fuerzas oscuras y practicar la magia negra en sus rincones más desolados.
Así como esas, divinas o paganas, reales o imaginarias, de jolgorios y penas, son muchas las historias que se tejen alrededor de sus intrincados pasadizos. Y todas ellas permanecen guardadas celosamente entre las cuatro paredes de este gigantesco y bicentenario camposanto.
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6 comments:
Mi mamá me contaba que a ella le contaron también que hubo una noche que una actriz/bailarina hizo una apuesta, la de bailar la danza de los 7 velos en la entrada principal por la noche. Y según parece, lo hizo. Ahora no recuerdo el nombre de la bailarina, pero a lo mejor los que estudian estas cosas podrían buscar en los periódicos antiguos si ésto fue realidad o leyenda....
si, algo tambien lei y no solo eso, sino que esta actriz escandalizo a toda una generacion son esta audacia, gracias por tu comentario.
y cual es la historia de María de la Cruz?????? disckulpa es ke la mencionas dices k se hizo santa popular y nada mas seria interesante ke siempre ke menciones personajes profundices un pokito mas. salu2
aquí algo sobre el bailecito acá:
http://blog.pucp.edu.pe/item/85744/la-bailarina-rusa-norka-rouskaya-escandaliza-lima
aparte: todo bien con la nota de el comercio, pero ya carga un poco eso de que en la huerta perdida "la vida no vale nada", no?
Quisiera aclarar que el Cementerio no se encuentra en Barrios Altos. Barrios Altos va hasta el antiguo acequión, hoy Jr. Huari, donde empezaba el barrio del Cercado. El cementerio, como bien decía la orden de su edificación, se ubicaba en la zona de Ancieta...
Eso de "la vida no vale nada" está demás y resulta hasta ofensivo a las familias honorables que moran por ahí..
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