martes, mayo 11

El "heroico sacrificio" de Bolognesi en una escultura limeña

El lunes 7 de junio de 1880 se libró una batalla entre los ejércitos peruano y chileno en el Morro de Arica, episodio donde hubo aproximadamente 1,000 muertos, la mayoría de ellos peruanos, cerca de 500 heridos y 1,300 soldados del ejercito peruano que fueron tomados prisioneros. Estos son números fríos, estadísticos, que se suman a otros en el resultado de una guerra que enfrentó a tres países: Chile, Bolivia y el Perú. Pero cuando citamos a personajes, sus actitudes, su coraje, otra lectura hay de este episodio. Y en Arica, entre los personajes que destacaron por su arrojo y sacrificio, destaca el Coronel Francisco Bolognesi, paradigma del sacrificio por la Patria, quien sabiéndose en inferioridad numérica y logística, peleó "hasta quemar el último cartucho"

"El ultimo cartucho", Juan Lepiani, 1899

Años después de este episodio, ya terminada la guerra, se hacían representaciones teatrales de la respuesta de Bolognesi al enviado chileno que requería su rendición (imagen inferior), y también de su sacrificio heroico en la batalla. Se hicieron representaciones artísticas de estos sucesos, entre los que destacan los cuadros del pintor limeño Juan Lepiani, que todos vimos desde los libros del colegio.

"La Respuesta", Juan Lepiani, 1891

Representación teatral a finales del siglo XIX

Texto escolar de Gustavo Pons Muzzo

Sin embargo, no era suficiente. Tuvo que ser una iniciativa de escolares, que después fue secundada por la Municipalidad y la ciudadanía en general, la que hizo posible que naciera el deseo de conmemorar a Bolognesi con una escultura que estuviera a la altura del significado de su sacrificio. hay que indicar que previo a esto había un busto de él en la Plazuela de San Agustín, al parecer de muy poco valor artístico y que fue retirado. Mucho tuvo que ver al parecer, la reciente obra por entonces, de Juan Lepiani "El Ultimo Cartucho", que representa de manera vivida y dramática, el sacrificio de Bolognesi.

Es así como a partir de esta iniciativa ciudadana, avalada por el Estado, nació el concurso para el "diseño y ejecución de un monumento que conmemorase la gloriosa defensa de la plaza de Arica y el heroico sacrificio del Coronel Francisco Bolognesi". Nótese que las bases de este concurso hacen mención al "heroico sacrificio" del personaje (1). Esto es importante para entender la obra como un todo.

Imagen tomada del blog "Los Apuntes de Daniel"

Según el Diario La Época de Madrid (2) se presentaron al concurso 396 artistas, muchos de ellos "escultores ilustres de Francia y de Italia", concurso que por cierto despertó mucho interés en Europa. Las maquetas fueron exhibidas en un salón de la Casa Dubois ubicada en pleno Jirón de la Unión. Allí los asistentes tuvieron oportunidad de apreciar los diferentes modelos, donde la mayoría destacaba por su grandilocuencia y recargado simbolismo, propios del pensamiento artístico de la época.

Finalmente quedó en primer puesto la maqueta presentada por Agustín Querol y Subirats, escultor español nacido en Tortosa, Tarragona en 1860, y que ya había acumulado varios premios por obras anteriores. El Museo del Prado define la obra de Querol de esta manera: "La suya es una escultura declamatoria, melodramática y desbordante con influencia de cierto decorativismo modernista y en donde la anécdota se sobrepone a toda intención expresiva." (3)


La memoria descriptiva del modelo ganador abunda en detalles sobre el significado de las alegorías, relieves, personajes, etc que son un solo discurso iconográfico que busca ensalzar el "heroico sacrificio" del Coronel Francisco Bolognesi. Así lo entendió el jurado calificador, así lo vio el publico asistente a la exhibición de las maquetas en la Casa Dubois, así lo apreció el político argentino Roque Saenz Peña, voluntario participante en la batalla de Arica, quien dio un emotivo discurso en la inauguración del monumento recordando el sacrificio heroico de su jefe en esa plaza.

La memoria descriptiva describe algunos elementos de la siguiente manera:  

"La actitud del héroe es aquella en que entregado al sacrificio y teniendo como única y suprema idea la salvación del honor patrio, muere envuelto en su bandera sosteniéndola fuertemente con la mano izquierda y disparando con la derecha el ultimo cartucho".

"Sobre el capitel del monumento entrelazados alegóricamente, se ven las figuras de la Fama y la Gloria, pregonando aquella (la Fama) el sacrificio del héroe, y pugnando esta (la Gloria) por coronar a Bolognesi que se yergue mas alto que ella misma".

"Ejercito y pueblo confundidos forman aquellos grupos (relieve que se encuentra a uno de los lados del pedestal), levantando unos sus armas y banderas, refrenando otros sus caballos, y aprestándose todos a la lucha por la patria que, en actitud de dolor, señala a sus hijos como ejemplo la heroicidad de Bolognesi alegorizada en la cúspide". (1)


Es uno de los monumentos mas hermosos de Lima, referente artístico del pensamiento de la época -influenciado por el modernismo-, representa de manera magistral el sacrificio heroico de Bolognesi, requisito indicado en las bases y convocatoria de este concurso, y fue aceptado por la población limeña de aquel entonces.

Desafortunadamente para el arte y para la memoria del héroe, la lectura de este monumento empezó a cambiar, a partir de un desatinado texto de Manuel Gonzales Prada quien en su obra "Horas de Lucha" escribe con su verborrea anarquista y "anti-todo", donde descalifica la obra y al autor: "Bolognesi aparece cogiendo un revólver y asiéndose al asta de una bandera, como pudo figurar tocando un tambor o soplando una corneta. Históricamente, es falso el asido a la bandera; simbólicamente, raya en lo vulgar. La actitud de Bolognesi no expresa la resignación viril del militar que voluntariamente ofrenda su vida, sino la mansedumbre pasiva, la conformidad ovejuna. En vez del jefe herido y próximo a caer para no levantarse más, vemos al soldado que en día de francachela empuña el revólver del coronel, atrapa la bandera del batallón y va tambaleándose hasta rodar en tierra para dormir la crápula. Le vemos cómico y trágico, pues antes de ir al suelo, puede arrojar un tiro a cierta mujer que le brinda la imprescindible corona de laurel. ¡Infeliz Bolognesi! El plomo chileno le quitó la vida, el bronce queroliano le pone en irrisión." (4)

Este pensamiento caló en la mente de algunas personas, llegando esto a militares del Gobierno de Manuel A. Odria, quien decidió sustituir la imagen original del Bolognesi de Querol por otra encargada al escultor ancashino Artemio Ocaña, que es la que se ve actualmente. Ocaña muy probablemente se inspiró en otro diseño de Querol para este monumento, que originalmente fue descartado, pues como ya vimos anteriormente, no representaba el "heroico sacrificio", motivo de toda esta historia.

Otro diseño de Agustín Querol del Monumento a Bolognesi

A inicios de junio de 1954 se reemplazó la escultura

Bolognesi de Artemio Ocaña

CONCLUSIONES

Si nos basamos en la información que se encuentra al alcance de todos respecto a la historia  y motivaciones que existieron para elegir el modelo de Querol, y la lectura que se hace del monumento donde cada elemento alegórico y decorativo cumple una función, que es la de ensalzar el "heroico sacrificio" de Bolognesi, que lo muestra en el momento justo de dar su vida luego de "quemar el ultimo cartucho" como ejemplo de amor a la Patria, encontramos en el actual monumento una ruptura a este mensaje, con el Bolognesi de Ocaña, que no representa ese "heroico sacrificio", sino mas bien nos muestra una imagen falsa de Bolognesi, un triunfalismo que lamentablemente no se pudo sostener en el campo -por lo menos en esa ocasión- y se pretende idealizar en el arte. El mensaje que Bolognesi quiso dar al momento de entregar su respuesta al sargento chileno Juan José De la Cruz Salvo, es que no importando la superioridad del enemigo, primero esta la Patria, y no importa si es necesario dar la vida por ella, que es lo que representa la escultura de Querol.

Actualmente, el monumento a Francisco Bolognesi se encuentra en restauración a cargo de la Municipalidad de Lima. Después de décadas de abandono y maltrato, un grupo de profesionales restauradores se encuentra devolviendo el brillo y belleza que tuvo este monumento al momento de ser inaugurado, retirando capas de pintura, si pintura, con las que fueron alteradas las figuras de mármol y bronce, asimismo retirando una gran cantidad de excremento de gatos y hasta esqueletos de estos pobres animalitos que durante años tomaron el monumento abandonado como morada. Y de esta manera, mas que nunca, se vuelve a ver esa ruptura iconográfica de todo el conjunto con la escultura que no pertenece a ella, ni por la calidad de diseño -Ocaña tiene obras superiores a esta-, ni por sus dimensiones, que además, amenaza caer debido a la falsa base que lo sostenía y que después de años de abandono se encuentra en mal estado.

Es la oportunidad perfecta, para que regrese la escultura original a su monumento -que hoy se encuentra en la Fortaleza del Real Felipe en el Callao- y vuelva a tener esta lectura que inspira el amor a la Patria hasta el punto del sacrificio, valores que hoy se han perdido totalmente.

Bolognesi de Querol, en el Real Felipe

Bolognesi de Ocaña, foto PROLIMA

Detalle de la escultura de Ocaña. Foto: David Pino


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Fuentes:

(1) El Bolognesi de Querol, Blog Los Apuntes de Daniel, link consultado el 11 de mayo del 2021.
(2)
Diario La Época de Madrid del 11 de abril de 1902.
(3)
 Querol y Subirats, Agustín, Museo del Prado, link consultado el 11 de mayo del 2021.
(4) Horas de Lucha, Manuel Gonzales Prada.

1 comments:

Beralia dijo...

Es significativo el título del conjunto alegórico plasmado por Querol 'Salve patria fides', algo así como 'te saluda la patria de la Fe' o 'te salva la Fe en la patria', que en su momento fue plenamente entendido también porque se conecta con otro momento estelar de la humanidad: la lucha de Leónidas con los 300 espartanos en Termópilas. Ellos también sabían que morirían, que no conseguirían vencer a los persas pero... Lastimosamente como bien has apuntado, el pensamiento 'progresista' que se desentiende de la Historia, germina interpretaciones como las de Gonzáles Prada, de cierto resentimiento social pero con ansias de revancha. Al final, todo discurso que incita al odio no conduce a buen cauce.