París era una fiesta. Bajo el lema “El balance de un siglo”, Francia había organizado la exposición más grande hasta el momento realizada, conmemorando justamente el cambio de siglo. Para ellos era tan importante esta Exposición, que se les dio carta libre a los arquitectos de demoler todos los edificios que fueran necesarios en el área asignada, incluyendo la mismísima torre de Eiffel, lo que finalmente no se llegó a concretar.
Sin embargo, otros edificios emblemáticos de París si fueron demolidos, como el Palacio de la Industria ubicado en los Campos Eliseos, en cuyo frente se exhibió durante la Exposición de Bellas Artes de París de1872 nuestro monumento al Combate del 2 de Mayo.
Monumento al Dos de Mayo, París 1872. Atrás el Palacio de la Industria |
Demolición del Palacio de la Industria para la Exposición del año 1900 |
La Exposición ocupó un área de 120 hectáreas (aproximadamente el cuadrilátero que forma Av. Tacna, Av. Colmena, Av. Abancay y el Rio Rímac) a lo que hay que añadirle 104 hectáreas de los bosques de Vincennes en donde se expuso lo concerniente a la agricultura.
Fue inaugurada, como estuvo programado con una antelación de cinco años, el 15 de Abril de 1900. Se calcula que más de cincuenta millones de personas (cuando en Francia vivían cuarentiun millones de personas) la visitaron entre su fecha de inauguración y el 12 de noviembre, en donde participaron 58 países (en donde Hispanoamérica solo estuvo representada por nuestro país, Ecuador y México) y 83,047 expositores.
Perú construyó un pabellón diseñado por el arquitecto francés Ferdinand Gaillard, el cual, al finalizar su construcción, tuvo dos niveles y con las siguientes dimensiones en planta: 25 m de frente por 10 m de fondo. Y desde su diseño se tomó en cuenta un pedido del gobierno: una vez concluida la cita mundial, sería desarmado y enviado a Lima.
Tras de dos años de planificación y un año de construcción, el pabellón fue bendecido días antes de la inauguración el 19 de marzo de 1900 (aún inconcluso), siendo el acto cubierto por el conocido fotógrafo Eugenio Courret . Estuvo ubicado en la Avenida de las Naciones, al lado de la estación de Dorsay. Así lo describe un diario de la época:
“Realmente, este (el pabellón peruano) presentaba un aspecto muy hermoso. El edificio, que es de fierro y piedra artificial, construido de modo que pueda ser desarmado y transportado, queda coronado por una grandiosa cúpula central y dos torres cuadradas de estilo morisco, en los extremos, en los que flameaba la bandera peruana. Una hermosa corniza que rodea todo el pabellón en su parte exterior, encierra los nombres de las principales ciudades del Perú. Entre otras bellezas arquitectónicas llama la atención de los hombres de gusto la entrada principal y la escalera central que conduce al primer piso…”.
Era un edificio de planta rectangular, de dos pisos, “con una cúpula de vidrio en el centro y en cada extremidad una torre cuadrada o minarete, revestida de loza”, con una portada impresionante en donde “la entrada principal es adornada de peruanas que se parecen mucho a unas parisinas, y que personifican, una a la Comedia, y al extremo las Bellas Artes. En el friso, la palabra PERU se destaca en azul sobre el mosaico dorado”.
La selección de los productos a exhibir estuvo a cargo del Instituto Técnico Industrial de Lima. Uno ingresaba por la imponente escalera y se llegaba a un gran vestíbulo que era iluminado por una cúpula suspendida a casi seis metros del piso. En el primer piso se expusieron las plantas medicinales (la quina, la coca, etc), textiles (lanas de vicuña, llama, alpaca y guanaco), variedades de café, azúcar, plantas de cacao, licores, aguardientes, vinos, etc. Llamó mucho la atención el caucho ya que se exhibió tanto en forma líquida como sólida. Importante fue la colección de diferentes maderas que se presentaron como quiebrahacha, palosanto, caoba y otras desconocidas en el continente europeo, muchas de las cuales no tenían nombre hasta ese entonces. Por último también lo relacionado a la industria petrolera, ya que era una de las industria con mayor explotación en aquel momento. No pudo faltar la exhibición en vitrinas de “objetos antiguos y modernos de plata, guarniciones con sus accesorios, y una serie de curiosidades de la época anterior a la conquista, así como pequeñas estatuas de oro, plata y cobre que representan imágenes de los dioses que adoraban los aborígenes del Perú, cántaros y diversos utensilios, que recuerdan, por su forma, dibujos y colores, a los vasos egipcios y etruscos”. Las paredes estuvieron adornadas con escudos, banderas y guirnaldas.
Era un edificio de planta rectangular, de dos pisos, “con una cúpula de vidrio en el centro y en cada extremidad una torre cuadrada o minarete, revestida de loza”, con una portada impresionante en donde “la entrada principal es adornada de peruanas que se parecen mucho a unas parisinas, y que personifican, una a la Comedia, y al extremo las Bellas Artes. En el friso, la palabra PERU se destaca en azul sobre el mosaico dorado”.
Al llegar al segundo nivel se podía observar al fondo, “dos retratos, de cuerpo entero, obra del reputado artista peruano don Daniel Hernández, uno del actual presidente de la república el Excmo. Señor don Eduardo L. de la Romaña y otro del expresidente don Nicolás de Piérola, que fue quien decretó la participación del Perú a la grandiosa exposición de 1900 ”. Se exhibía en uno de los salones fotografías de fábricas, ferrocarriles (sobre todo la línea férrea Lima – La Oroya). En otro salón estuvo la exhibición de minerales, como el cobre y el oro, siendo centro de atención una pepita de oro de 11 gramos. Igualmente, objetos hechos de minerales como dijes, figuras, etc. “Sin embargo de todo esto, los objetos más curiosos para el público francés, son los enviados por un coleccionista de Loreto. Entre estos citaremos una momia perfectamente conservada que cuenta varios siglos, una piragua de bejuco trensada, como todavía las construyen emplean las tribus que surcan el Amazonas y sus afluentes, pájaros y reptiles extraños disecados”. Cabe indicar que las paredes de este recinto estaban decoradas con objetos provenientes de la amazonia: pieles de jaguares, de caimanes, escamas de peces, plumajes brillantes que usaban “los salvajes de la amazonia”. Y por último, otro salón estuvo dedicado a las artes, en donde resaltaban los cuadros de Carlos Baca Flor, Daniel Hernández, Abelardo Álvarez Calderón, etc., y las esculturas de Alberto Pareja de Mijares y del mismo comisario del Pabellón, Sr. Toribio Sanz y de su hermana Inés Mercedes Sanz.
Mención especial merece la biblioteca que se exhibió, con más de 520 volúmenes y de 771 producciones científicas, políticas, religiosas, artísticas, comerciales, etc., cuya selección estuvo a cargo del editor y librero don Caros Prince quien así describe su selección. Igualmente, merece destacar que la Casa Nacional de la Moneda remitió una colección completa de las monedas y medallas conmemorativas acuñadas desde su fundación hasta esa fecha.
Y el kiosko adjunto al Pabellón (ver ilustración #6) se utilizó para la degustación de algunos productos exhibidos como el café, el chocolate, el aguardiente de pisco, el vino de Moquegua, frutas como plátano, piñas, etc.
Una vez concluida la Exposición y tal como lo había dispuesto desde sus inicios el gobierno peruano, el edificio fue desarmado. En 621 bultos fue embarcado rumbo al Callao en el vapor “Itauri” (construido en el astillero aleman Flensburger Schiffsbau Gesellschaft, Flensburg en 1897), llegando al Callao a mediados de 1901.
El destino de las piezas que constituyeron el “Pabellón de Perú” ya en Lima es otra historia, que vimos en un articulo anterior. Sin embargo, todo queda resumido en esta nota del diario El Comercio del 18 de enero de 1902:
Investigación:
Ing. Daniel Tipián Carbajal
Fuentes:
Archivo del Diario El Comercio
Memorias de la Municipalidad de Lima
“Guide pratique du visiteur de Paris et de l´exposition”, 1900
Imágenes:
lartnouveau.com, lemog.fr, cnum.cnam.fr, ebay.fr, wikimedia.com
Le Panorama – 1900 Exposition Universelle by Ludovic Baschet.
5 comments:
Como siempre, una entrada genial. Felicito al autor y al investigador, información de primera y sobre todo bien sustentada. Un detalle, la antigua estación de tren de Orsay (d'Orsay) actualmente alberga el museo del mismo nombre, famoso entre los que más por su colección impresionista, además que destaca el célebre cuadro "el origen del mundo", no adjunto imagen porque lo censuran en horario de protección al menor. En suma, el pabellón peruano estuvo muy bien ubicado, fue bastante visitado y admirado, sin embargo llama la atención la escasez de fotografías de la época de dicho pabellón, por ahí tengo alguna que adjuntaré en el facebook cuando la encuentre pero me suena a que no es nada comun, nuevamente mis felicitaciones y a seguir haciendo patria en esta hora aciaga.
Impresionante, gracias. Excelente trabajo de acopio e investigación, felicitaciones. La parte de no haber reconstruido lo expuesto en París es parte de nuestra costumbre "carrera de caballos, parada de borricos" lo empezado no siempre se termina; pero seguimos adelante no interesa donde estamos por el prestigio de nuestra patria, Perú.
Me pareció muy interesante! muchas gracias por compartir tan valiosa información sobre esta Exposicion Universal de Paris y la participacion del Peru que no conocía. Siempre sigo este Blog !felicitaciones!
clara
EXCELENTE DAVID !
Excelente Trabajo !!!. Muchas gracias.
Publicar un comentario